viernes, 21 de octubre de 2011

El ruido de la vida


Es este un proyecto muy querido por mí desde hace mucho tiempo que va gestándose a partir de la conciencia del continuo y para mí molestísimo "ruido" que nos rodea por doquier:  cafeterías, comercios, consultas, etcétera, etcétera... Este blog tendría como objetivo recoger todas aquellas ideas y comentarios que contribuyan a humanizar nuestro día a día, pero también sugerir lugares en dónde se puede conversar, leer o simplemente admirar la vida pasando.
Este pasado verano estuve de vacaciones en Creta junto con unos amigos del alma, y tuve ocasión de encontrar  un país en su esencia, tiendas griegas, bares griegos, hoteles griegos, la globalización no parece haber llegado todavía -salvo por el euro-. La fotografía que figura arriba, pertenece a un pequeño restaurante al lado de un lago, con un excelente servicio -el camarero de la foto pertenece a él- Un lugar que recomiendo, pues está en sintonía con el espíritu de este blog.
Os animo a que comentéis y envíeis lugares, opciones en esta línea y entre todos humanizar y embellecer el mundo que nos rodea.

1 comentario:

  1. En primer lugar, quiero expresarte mis felicitaciones más calurosas por este estupendo proyecto y que a mí, también, me hace tantísima ilusión.
    Ciertamente estoy contigo en que nuestro pais es altamente ruidoso y contiene ciudades que sufren los más altos decibelios en la escala mundial debido al tráfico rodado, aéreo, a las sempiternas y omnipresentes obras ... Tampoco podemos olvidarnos que, nosotros los españoles, somos en general personas que utilizamos, lamentablemente, un tono de voz elevadísimo para hablar, tanto cuando estamos en España, como cuando estamos allende nuestras fronteras, pareciendo, en ocasiones, a un grupo de ánades vocingleras.
    Me temo que en España no se respeta, en general, el silencio.
    No obstante, hay ciertamente muchos sonidos que causan gran deleite a nuestro oido, que son como regalos, a mi parecer, acústicos. Tal es el murmullo del agua en una fuente, en un rio, el arrullo del arroyo, el mecer del viento en las hojas de un árbol, el crepitar de los troncos en el fuego, el crujir de las hojas secas o de las ramitas en el suelo al ser pisadas, el tintineo de las pulseras argénteas que yo suelo llevar para que acaricien mis oidos cuando deliberada o involuntariamente las muevo ... También es deleitoso el sonido de los colgantes, de los móviles de origen oriental, creo, que suenan deliciosamente cuando los mece el viento ...
    Y ¿qué decir de la música que es capaz de iluminar nuestro más apagado y atribulado momento y procurarnos solaz?. Tal me ocurre, al menos a mí, con el magnífico y siempre de buen humor, (salvo en el Réquiem, comme il faut), Wolfie Mozart.
    Sin embargo, pienso, que nuestro interior necesita del silencio, en muchas ocasiones, para encontrar sosiego, paz y poder escuchar las voces, los sonidos que provienen de su más íntima esencia.
    Por otra parte, comparto tu gusto y querencia por el maravilloso pais heleno y sus bondadosas y estupendas personas.
    Tuve la oportunidad de visitar Creta hace unos pocos años con motivo del bautizo de la niña de uno de mis mejores amigos, A., cretense él, bondadosísima e inteligente persona y quedé fascinada con la gente, increíble, cultivada, simpática y con los bellísimos parajes cretenses y el precioso mar. Simplemente mágico.
    Mil gracias, Carmen, por tu precioso texto y te reitero mi enhorabuena. ¡Albricias!.
    Quiero dejarte un regalo musical en forma de un fragmento de un concierto de clarinete del gran maestro salzburgués, esperando te guste.

    http://www.youtube.com/watch?v=kPiOGOLl7VI

    Un fuerte abrazo para tí, extensivo para todos.

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