viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Músicas?

Agradezco a los numerosos amigos que me habéis escrito la buena acogida que me habéis dispensado. Espero vuestros comentarios y que este sea un lugar de encuentro y de aprendizaje.
Ayer hablando con una amiga al respecto de la música - ruido en los bares y cafeterías, ella que las frecuenta mucho pues le encanta salir cada día a tomar vermú, café, etc... me decía que ella no oía la música. Y yo me pregunto, cuando no oímos en un recinto cerrado, músicas heavy metal, bachatas, etc....¿Que más cosas NO OÍMOS? Que nivel de ensimismamiento es necesario para NO OIR?

Monasterio de Rueda

Hay muchísima gente que no soporta el silencio, que le parece triste, que necesita hiperestimulación constante. Otros amigos al respecto de este tema que comentamos, me preguntan sorprendidos -¿no te gusta la música?
- La música? Mi gusto por la música me impide apreciarla en un lugar donde todo el mundo habla, huele a comida, suenan máquinas, etc.... No comprendo esa necesidad de "ruido" al precio que sea. Soy de la opinión de que el sonido, como el perfume, es algo tan personal que me parece una falta de respeto invadir a los demás con nuestros sonidos -especialmente si los decibelios son altos- nuestros perfumes -a veces asfixiantes- .
Los manuales de ecología y de espiritualidad nos animan a pasar por este mundo de la manera más sigilosa posible. Los grandes bailarines de ballet, los practicantes de artes marciales, son capaces de ejecutar los más complicados movimientos, bellos, exactos, sin apenas alterar el espacio en que se hallan.
No pretendo que nuestro entorno se parezca a este hermoso claustro de la derecha, pero sí, que tengamos sensibilidad al respecto, y tal vez esa sensibilidad nos lleve a otras sensibilidades y a otras y a otras...

2 comentarios:

  1. Me encanta la preciosa y sugerente fotografia que has puesto ya que nos traslada a un monasterio donde parece que la vida se ha suspendido por la serenidad, el sosiego y el silencio que en él se respira. Simplemente sublime.
    Yo pienso que nuestro pais no siente respeto por el silencio, en general. De ahí que, en muchas ocasiones, haya, al parecer, que tener una sempiterna música en todos los momentos y ambientes para deleite de la mayoría de la gente que parecen saborearla.
    Lo peor de éso no es la música en sí, sino el altísimo nivel de decibelios que soportamos porque la música suele escucharse en los lugares públicos a los que asistimos, a un nivel atronador, lo que impide la comunicación entre las personas, a mi juicio.
    Podría pensarse que por ello está alta: porque mucha gente no tiene nada que comunicarse, quizás ...
    A mí la música melódica, suave, agradable, me encanta, me arrulla y qué decir de mi amigo salzburgués Wolfie que, como muchas veces he dicho, me levanta la moral cuando estoy algo alicaída porque para mí, siempre está de buen humor. Evidentemente no es el caso de su solemne y grave Réquiem, claro está. Sólo por mencionar a alguien que me gusta sobremanera, pero hay música tan hermosa y conmovedora para escuchar en un tono de ambiente, agradable, evocador de sensaciones y para sosiego y solaz de la gente que la escuchamos complacidos. Es un regalo a los oídos, verdaderamente.
    Por otra parte, creo yo que el rugido salvaje de la música ensordecedora podría, a mi modo de ver, contemplarse como otra faceta de la falta de civismo, respeto y educación que, siempre en mi modesta opinión, campa a sus anchas por este querido y bello pais nuestro. Es lo que yo pienso y me duele decirlo, lo siento de veras.
    Mil gracias, querida Carmen, por tu bonito texto y maravillosa fotografia de Rueda.
    Un abrazo para tí, extensivo para todos.

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  2. Antes que nada quisiera darte la enhorabuena por tu Blog. Espero que lo disfrutes.
    El ruido que mencionas ¿no será para no escucharse a uno mismo?. Es algo que me pregunto, desde hace mucho tiempo.
    A mi me gusta elegir mi tiempo/ruido. Es decir, el momento de otra persona para escuchar una determinada música, por ejemplo, puede no ser el apropiado para mi.
    En cuanto al silencio, cada vez lo necesito más. De hecho, su ausencia, me produce inquietud y malestar.
    Cualquier día aparezco por el centro comercial, a hacer las compras necesarias, o con tapones en los oídos, o con los cascos, pero grandes, puestos ;-)
    Por todo ello me ha llamado la atención lo que comentas y, como no, el título de tu Blog.
    Gracias por compartir,
    Abrazos y feliz fin de semana.

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