Un grupo de alrededor 35 personas salimos de Zaragoza el día 1 de abril con destino a Santiago de Compostela a fin de culminar el Camino iniciado hace un tiempo por nuestra Asociación. En esta ocasión andaremos los últimos 100 km. Las últimas 5 etapas que nos separan de la tumba del Apóstol y que nos darán derecho a obtener la preciada "Compostela".
Vaya por delante que esta crónica no pretende ser una relación exhaustiva de lugares geográficos y monumentales, relación que podemos encontrar profusamente explicada en otros foros, será ésta pues la crónica subjetiva y sentida de un peregrino cualquiera.
Durante el viaje de ida- que transcurre sin ningún incidente- señalaré la parada que hicimos en Sahagún, donde tuvimos ocasión de visitar su magnífico Albergue de peregrinos, y dar una vuelta por la pequeña ciudad. Por la tarde Jaime nuestro conductor nos obsequia con una visita a O Cebreiro, pueblo bonito y pintoresco donde los haya, y dedicado casi por completo al Camino. Enclave natural espectacular a 1000 metros de altura, desde donde se divisa un gran valle a sus pies y donde se aprecian ya, las singularidades de la tierra gallega. Visitamos la parroquia que fue de Don Elías Valiña, personaje clave en la recuperación de la tradición de nuestra peregrinación por el Camino de Santiago y nos emociona encontrar la placa homenaje en el monolito, que - junto a otras asociaciones de toda España- dedicó en 1992 la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Zaragoza a Don Elías Valiña en reconocimiento a su labor.
Por fin, llegamos a Sarria, donde nos alojamos en un estupendo hotel, situado en un precioso enclave muy cerca del centro histórico. De esta villa destacaría el magnífico y bien conservado convento de la Magdalena. Nos encanta el edificio de piedra que al atardecer luce tonalidades rosadas, su claustro, que posee un viejo pozo en el centro del mismo, alberga en su interior pequeños árboles y todo tipo de flores. El convento está situado a las afueras del pueblo y enfrente de la salida que, cruzando un idílico puentecillo medieval, sirve de inicio a la etapa Sarria - Portomarín. El convento tiene anexo un edificio de estructura similar que es hoy un estupendo Albergue de peregrinos.
La 1ª etapa Sarria Portomarín, resulta algo dura en su comienzo pero compensa con preciosas sendas cómodas de caminar y bellísimas.
A Portomarín accedemos por un gran viaducto que nos sitúa ante una empinada escalinata que nos llevará a la ciudad, en la que destacamos una impresionante iglesia del siglo XII, que fue trasladada, a fin de protegerla, piedra a piedra, como otras de la zona. Impresionante su magnífico rosetón, y también su portada que recuerda al Pórtico de la Gloria, pues allí están representados los 24 ancianos del Apocalipsis. Tras la visita a la ciudad, c
omemos estupendamente en un restaurante que en otro tiempo fue Parador, lo cual nos habla de su calidad y elegancia.
La siguiente etapa Portomarín – Palas do Rey, como la anterior algo dura en su comienzo y más cómoda conforme avanza. Como siempre una parte del grupo anda las etapas completas y otra parte andamos sólo la mitad, todo bajo la atenta y amable vigilancia de nuestro nuevo vocal Eustaquio, a quien felicito desde aquí en el nombre de todo el grupo, pues se ha desvivido literalmente para que todas las actividades discurrieran sin ningún problema, pendiente en todo momento de los caminantes, del trazado de las rutas, de los hoteles, en fin… un gran fichaje para nuestra asociación. Muchas gracias Eustaquio en nombre de todos.
Por la tarde después de la comida –de nuevo estupenda- Jaime nos acerca por petición expresa de José María Hernández a Villar de Donas, para visitar una ermita visigodo musulmana, en la que la persona encargada de su cuidado, un gallego de la zona recientemente jubilado y apasionado de su tierra y su cultura, nos explica la historia y devenir del antiguo y encantador templo.
3ª etapa Palas / Melide Arzua
Destacar que en Melide se encuentra el cruceiro más antiguo de Galicia, y si no lo fuera lo parece, es una cruz muy sencilla y muy desgastada por el tiempo.
La Naturaleza en Galicia es exuberante a pesar de la extrema sequía que hemos padecido este año. A lo largo del camino encontramos continuamente con toda clase de animales: vacas, ga
llos y gallinas, perros, etc…Nos encantan especialmente los corrales que allí son muchos y que en Aragón hemos casi perdido por completo.
¡Qué decir de los bosques! Esbeltos eucaliptos, poderosos robles, amables castaños, olorosos pinos, un deleite para los sentidos… Pienso mientras camino, que si Aragón, valle barrido por el viento, tiene "la luz" de sus altos cielos, Galicia tiene "el color" de la multitud de verdes, de la infinidad de flores, que nos salen al paso a cada momento, por senderos, jardines, tapias, cualquier sitio…Se me antoja que los árboles fueran los guardianes del camino, los que nos protegen del sol con su sombra y su humedad, y nos ayudan a respirar, mientras que las flores están ahí para alegrarnos, animarnos, y provocar nuestra admiración…
4ª etapa Arzua Arca do Pino. No quiero dejar de comentar aquí, la cantidad y calidad de los Albergues en este tramo gallego, el último del camino Francés. Los albergues son simplemente extraordinarios en general: modernos, bien equipados, limpios, bien atendidos, … provocan envidia la verdad. Aunque en esta etapa se hace necesario cruzar la carretera varias veces, el paisaje sigue siendo tan bello como en los tramos anteriores. Nos encontramos un colegio entero venido desde Portugal. ¡Qué alegría produce ver tanta gente joven, adolescente incluso!
5ª etapa Arca do Pino Santiago. Encaramos el final con expetación y alegría. En Lavacolla hay que asearse para llegar ante el Apóstol ¡como una patena! El Camino parece aquí "una romería"… Si durante estos días no hemos parado de encontrar gente, de todas las edades y en todo tipo de agrupaciones, aquí en este tramo, casi vamos en fila hasta Santiago. Nos hacemos la foto de grupo bajo el Monolito en el monte del Gozo, y bajamos la cuesta dispuestos a entrar en la ciudad. En la plaza del Obradoiro, felices y emocionados, José María Hernández lee la preciosa invocación al Santo, que él mismo compuso. Todos en grupo como una sola alma y nuestros cachirulos puestos somos una pequeña porción de tierra aragonesa, aquí ante esta catedral universal.
El tiempo nos ha acompañado hasta el último momento en nuestro "caminar", y cuando por fin terminamos descarga generosamente la be
ndita agua que tanto necesitan estas tierras.
Sin desdoro del estupendo trabajo realizado tanto por José María Hernández como por Eustaquio, echamos en falta a nuestros entrañables José Ramón Barranco y Pedro Sanzol, cuya "Aurora" que por supuesto hemos cantado cada día, no es lo mismo sin él.
Carmen Miñana