Algunos críticos interpretan que los Molinos a los que se refiere Don Quijote no son otros que los grandes Inquisidores a los que nuestro caballero va a hacer frente con la fuerza de su caballo (tierra) la Verdad de su Espada (Espíritu) y la pureza de su corazón.
¡Si non e vero bien trovatto!
Personalmente, lo creo, porque es una interpretación muy factible al respecto de las condiciones de la época que tocó vivir a Cervantes.
El sentido de Trascendencia habita en mi desde que tengo recuerdo, y sin embargo entiendo que las religiones oficiales en la escuela, corren mas el riesgo de enfrentar que de “re ligar”, que de unir.
Pero…¿quien vetaría a Cervantes, a Juan Ramón Jiménez, a Julio Verne….?
¿Acaso estos autores no nos transmiten los mismos eternos valores que todos deseamos para las futuras generaciones? ¿Acaso no son Clásicos por haber atravesado el tiempo y llegar hasta nosotros frescos y luminosos como el primer día?
“Señor si vos morís el mundo se llenará de malhechores…” le dice Sancho a Don Quijote en una de sus innumerables reyertas.
“Si vos morís….” la justicia más clara, más generosa, encarnada en Don Quijote. Si la Justicia y quienes la “encarnan” desaparecieran, “el mundo se llenaría de malhechores…”
Porque los valores hay que encarnarlos, no existe la bondad si no hay hombres buenos, ni la justicia sin justos, ni la piedad sin piadosos . Esa es la grandeza del Cristo Verbo encarnado, de personas como Teresa de Calcuta y también la de nuestro Hidalgo salido de la prodigiosa cabeza de Cervantes.
Por los motivos que ya he expresado no me parece que la religión como Institución deba estar presente en la escuela, pero si creo indispensable, que en el ámbito de la escolaridad ha de haber un tiempo y un espacio dedicado a nuestra “humanidad” , a los valores que hacen de nosotros una especie única en el planeta: la especie “consciente”.
¿Y no son los clásicos los mejores transmisores de esos valores eternos? ¿No son como Prometeo portadores del fuego – conocimiento de los Dioses?
La prueba de que los clásicos conectan con nuestros arcanos más profundos, es el hecho de que todo el mundo los conoce, aunque jamás los haya leído. ¿O es que en nuestra vida no hemos vivido una Odisea? Conocido a algún Otelo ? Protagonizado una Quijotada ? Vislumbrado nuestra parte Hide? Acaso no hacemos Kabalas ante un problema ? (guiño al maestro Abulafia).
Esta es la grandeza de los Clásicos no es necesario leerlos para conocerlos, porque ya están instalados en nuestro inconsciente, pero…¿ y si los conociéramos de verdad? Si los conociéramos, multiplicarían exponencialmente nuestras capacidades.
Me parece precioso y muy edificante el texto que nos has brindado hoy, Carmen y no puedo estar más de acuerdo con él.
ResponderEliminarAl mismo tiempo, me han parecido acertadísimas y las suscribo plenamente, las referencias literarias y culturales que mencionas.
¡Qué mona está María en la foto con el Quijote!.
Pienso que es una suerte para los niños que, como Maria, tienen a alguien que les familiarice con el conocimiento de los clásicos porque, en muchas ocasiones, se llegan a conocer y por ende a apreciar y a amar.
De otra manera, si se ignoran, dificilmente podemos saber de ellos y deleitarnos.
En mi opinión y por mi propia experiencia personal, cuando disfrutas de la lectura cuando eres una niña, te sigue acompañando la querencia por la lectura cuando eres adulta y tienes en ella una compañera fiel que te acompaña a lo largo de tu trayectoria vital. Siempre silenciosa, presente, suavizándote, en parte, la soledad, el desánimo, las tribulaciones que pudieras tener y que si tienes un buen libro nunca te sientes sola ni aburrida y además adquieres conocimientos o los amplias, cultivándote.
Para mí, un auténtico lujo y una enorme suerte el deleite de la lectura.
Mil gracias, Carmen, por tu interesante y bonito texto.
Un fuerte abrazo para tí, extensivo para todos.