martes, 8 de noviembre de 2011

El hombre invisible


Es verdad que de pronto
me fatigo,
y miro las estrellas,
me tiendo en el pasto, pasa
un insecto color de violín,
pongo el brazo
sobre un pequeño seno
o bajo la cintura
de la dulce que amo,
y miro el terciopelo
duro
de la noche que tiembla
con sus constelaciones congeladas,
entonces,
siento subir a mi alma
la ola de los misterios,
la infancia,
el llanto en los rincones,
la adolescencia triste,
y me da sueño,
y duermo
como un manzano,
me quedo dormido
de inmediato
con las estrellas o sin las estrellas,
con mi amor o sin ella,
y cuando me levanto
se fue la noche,
la calle ha despertado antes que yo,
a su trabajo
van las muchachas pobres,
los pescadores vuelven
del océano,
los mineros
van con zapatos nuevos
entrando en la mina,
todo vive,
todos pasan,
andan apresurados,
y yo tengo apenas tiempo
para vestirme,
yo tengo que correr:
ninguno puede
pasar sin que yo sepa a dónde va, qué cosa
le ha sucedido.
no puedo
sin la vida vivir,
sin el hombre ser hombre
y corro y veo y oigo
y canto,
las estrellas no tienen
nada que ver conmigo,
la soledad no tiene
flor ni fruto.

Fragmento del "hombre invisible"   Odas Elementales 1958  Pablo Neruda

2 comentarios:

  1. Maravilloso texto del magnífico poeta chileno al que le he tenido siempre, desde adolescente, una grandísima querencia y que tanto sabe de la vida y del Amor ...
    Como él, tan bellamente dice en uno de sus poemas "... es tan breve el amor y tan largo el olvido ..."
    Muchísimas gracias, Carmen, por el poético texto.
    Un abrazo para tí, extensivo para todos.

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  2. Me encanta este poema y muchos más de Pablo Neruda.

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